En realidad eran chicles para niñas debido a que las diversas colecciones de cromos que aparecieron en el interior del chicle consistían en vestiditos recortables para muñecas, o en cromos corrientes para pegar en diferentes álbumes que aparecieron durante la década de los setenta.
Lo cierto es que a pesar del cromo (del cual los críos pasábamos olímpicamente), los chicles eran devorados por cantidad de niños, entre ellos yo, ya que su magnífico sabor a fresa era comparable a los “Dunkin” y a los “Bazoka”, pero existía la leyenda popular de que los “Niña”… hacían los globos más grandes.
La casa “Fleer Española” era quien fabricaba y distribuía ésos chicles y realizó con ellos varias colecciones: “Trajes de época”, Trajes mundiales”, “Vestidos preferidos”, etc, etc.
Mi esposa recuerda otra colección que consistía en un álbum en forma de casita (Victoriana?). Me cuenta que ella la tuvo y que los cromos se utilizaban para amueblarla y decorarla. Ya de paso… si algún nostálgico posee información, fotografías o cualquier cosa que sirva para poder documentar éste recuerdo, será muy bienvenida su colaboración.
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